Daniel Santoro
Civilizaciòn y/o Barbarie
por Sebastiàn Pacheco
DANIEL SANTORO, "Malón y concepto espacial", óleo, 130 x 150 cm. (2009) |
Encuentro en su estudio. 14 abril 2010.
Me acerco hasta su casa en el barrio de Congreso y al subir por una gran escalera de mármol blanco noto que en las paredes de las diferentes salas no existe espacio alguno donde no hayan colocados libros, cuadros o descomunales insectos encerrados en pequeñas cajas de vidrio.
Luego de presentarnos bajamos hacia su taller pero con cierta dificultad de su parte debido a su pierna accidentada tras una caída desde la misma escalera por la cual había yo subido antes.
Daniel Santoro es risueño, locuaz y mal hablado.
Su pintura recuerda Sironi y toda esa camada de artistas italianos que conformaron el movimiento de los años 20 de retorno al orden llamado Novecento. Luego del Futurismo y de todas esas loquitas experimentaciones de vanguardia dicho retorno mira hacia una monumentalidad de aires fascistas que se alinean totalmente a los dictámenes de la època. En la obra de Santoro se reconoce también al De Chirico metafísico y al afiche propagandístico bélico de inicios del siglo XX.
Comenzamos la charla y Santoro, refieriéndose a su obra, despliega toda su verborragia en lo que respecta al tema que lo tiene mas a pecho: nuestra identidad como argentinos.
Sebastián Pacheco: ¿Porqué Daniel este tema del peronismo es tan irritante para cierta gente en nuestro país?
Daniel Santoro: mirá, a mi me interesa saber, testigo de qué es el peronismo que produce esa irritación. Y me refiero a los sectores medios, a los sectores que quieren tener una especie de conexión con el mundo de la cultura con cierta cosa de tendencia europea con que nosotros creemos o queremos ser tributarios... Nosotros nos sentimos como europeos condenados, no? En los límites del mundo civilizado. Por esta visión del puerto extremo de Europa... pero esta visión es engañosa también porque no tiene mucho que ver con la realidad.
Lo que hay es una mirada muy desatenta al imaginario vernáculo porque hay una producción local, que es la que esta siempre negada, es la que es vista como una amenaza de barbarie. Siempre esta la tensión por eso de la dicotomía sarmientina, esa que dice civilización o barbarie, que es esa tarea pendiente de civilizarnos para alejarnos de la barbarie pero eso es un engaño en realidad y ahí es donde el peronismo opera y produce esa irritabilidad. Porque el peronismo recuerda siempre que hay un aspecto de la barbarie que no podemos abandonar. Que nosotros también somos producto de la barbarie y que hay algo de esa barbarie que es latinoamericana, hay algo de la suciedad. Hay un filósofo que se llama Rodolfo Kush que hizo un libro que se llama La américa profunda donde nos recuerda esta cosa de la suciedad de América. La mugre de América dice, esa mugre de la que nosotros intentamos siempre escapar, por eso construimos acá ciudades que tienen una avenida de 3 o 4 cuadras que nos hace ver como que estamos en París, ponéle avenida Alvear u otra que nos hace ver en Madrid y siempre intentamos esas escenografías urbanas en donde creemos estar en un lugar que no es el lugar real, o sea, el lugar real es el fondo de Latinoamérica y es un lugar lleno de oscuridades para la luz que viene de Europa y que para nosotros es la luz simbólica de la cultura, de la ilustración. Nuestra pretensión es estar bajo esa luz y resulta que nos llegan unas sombras terribles porque estamos en un lugar que es ese recordatorio y el peronismo es un producto que viene desde ahì ,que viene a ser como una especie de interfase, esta en el límite, una especie de borde de frontera, entonces siempre es un mensajero de la barbarie y el peronismo opera siempre como mensajero de la barbarie. Es también agente civilizador, pero porque esa es la doble condición, porque si no sería muy fácil, está del otro lado, le ponemos una frontera y listo, pero no es asì opera de los dos lados, hace como una postura, y va de un lado al otro entonces esa visión es la visión inquietante.
DANIEL SANTORO, Lucha de clases, óleo, ø 80 cm (2006) |
El peronismo es progreso también como nunca en este país, los aviones, el pulqui y todo eso, nos ubicaba entre las potencias del mundo y eso lo produce el peronismo, como es posible, no? Una cosa de negros, de bárbaros, de salvajes... Entonces eso es lo interesante, lo que le da carnadura y lo que produce en definitiva, como dice mi gran amigo Guillermo Saccomani, un escritor, que es el gran relato histórico, se constituye el peronismo como nuestra gran épica.
No hay otra forma de la política que tenga la riqueza que tiene el peronismo, desde lo imaginario, la producción icónica o desde la producción histórica real: el itinerario de la momia de Eva, las cosas más oscuras de la Triple A, Lopez Rega, las cosas mas maravillosas del recuerdo de la felicidad del pueblo, el reparto de la riqueza, todas esas son producciones, mitos, mitologías, relatos y todos esos abordajes recién ahora el mundo de la cultura los asume como propios. Por que lo que pasaba y pasa con nuestro mundo de la cultura, que es el garante, es la policía... el mundo de la cultura acà opera como una policía diciendo: nosotros debemos caminar por la avenida Alvear y no por la calle lateral donde están todos los cartoneros y todos los negros, vamos por la calle de los rubios... y la que dijo hagamos eso fue Victoria Ocampo. Ella fue nuestro gran comisario cultural como si fuera el comisario del partido del soviet, bueno, nosotros tenemos un equivalente y Victoria Ocampo funcionaba como eso, no con el autoritarismo real del marxismo-leninismo de los soviet pero con un cierto autoritarismo a partir, por ejemplo, del suplemento cultura del diario La nación que produce los mandatos para ser correctos, digamos qué hay que leer qué museos hay que visitar, qué muestras hay que ponderar y qué hay que olvidar. Eso pasò con Leopoldo Marechal, es nuestro gran escritor olvidado absolutamente por varias personas y entre ellas por Victoria Ocampo que después del 55 dijo no, Marechal no va a existir más en ninguna reseña de ninguna forma.
Hay sanciones mas simbólicas y mas sutiles, que dicen bueno, los faroles y la mirada van para ese lado y para este lado no hay nada, para este lado es un país oscuro que no produce nada, que no produce cultura y ahí esta el peronismo. Entonces yo lo que hago es ponerle foco desde la historia del arte. Acà esta Piero della Francesca, esta es La flagelación de Cristo, es una cita y se llama La flagelación, entonces que es lo que hago, traslado esto a un barrio peronista, como el barrio Los perales, que es el barrio emblema del peronismo, el barrio de los pobres que asumían su clase media, digamos, dejaban de ser pobres y pasaban a ser pequeños burgueses. Ese era el gran sueño peronista, porque el peronismo no es lucha de clases, todo lo contrario, es desintegración de clases, por eso el peronismo es odiado por la izquierda también, tiene ese quilombo, opera desde la izquierda con los valores de la izquierda pero no con la ideología entonces es un despelote, eso lo hablabamos con Phillipe (Phillipe Daverio, crìtico de arte italiano), por eso es inabordable para una mentalidad europea, le decimos fascista (a Perón, ndp) porque nos queda cómodo pero sabemos que no es fascista tampoco, entonces es un hecho más complejo que eso...
El gran tema del peronismo tiene que ver con la justicia íntima de la gente que es muy interesante, la arquitectura de la política. El devenir a mi no me importa, lo que me importa es el tema central que es el goce, que es lo que traza todo el peronismo. La posibilidad real del goce y no el sacrificio porque siempre parece que hubiera una moral superior en el sacrificio, entonces es moralmente superior el capitalismo porque pide sacrificio y es infinita y moralmente superior el marxismo-leninismo que pide un gran sacrificio de privaciones absolutas y que nadie tenga nada porque después vamos a ver que todos tengan todo y claro, el peronismo tiene un problema moral porque es el goce como sea. A mi me tienta mucho más el peronismo porque es dionisíaco, el peronismo es esencialmente dionisíaco, entonces tiende a la corrupción seguro, un negro gozando...
S. P: es peligroso...
D. S.: Claro... No es lo mismo que un blanco gozando, que està contenido, tiene infinidad de profesionales que lo asisten y el tipo se puede drogar tranquilo, puede tener problemas graves de conducta que van a ser disimulados por todos los profesionales y por el epifenómeno de asistencia que se produce por la guita. En cambio un pobre que goza y se zarpò con la merca está expuesto ahí y viene la cámara testigo y sale por televisión y es más, si tiene una herida, la cámara se le mete adentro de la herida y es un horror, todo es un horror entonces y no existe, moralmente comparado con un tipo de guita sin embargo la miseria moral es la misma.
Vos poder ver el interior de un pobre porque te lo muestran por adentro y a un rico jamás lo vas a ver por adentro.
S. P.: Jamás se llega a él, ni siquiera se sabe donde està...
D. S.: hay un guardaespaldas... (reìmos). Siempre esta el tema de la corrupción en el medio, siempre rondando. Es una condición en cambio en las otras formas, siempre esta el reparo, la veladura y la suposición que hay un moral importante porque esta postergado el goce, vamos a postergar el goce entonces hay una moral. Hay una cosa judeo-cristiana detrás...
S. P.: Es lo que te iba a decir, de tipo religioso...
D. S.: Pero de todas maneras detrás del marxismo, en todas partes , cuando hay padecimiento, cuando hay postergación del goce hay mejor moral, entonces a mi me gusta la inmoralidad en el sentido pleno y no desde lo religioso porque yo incluso podría ser religioso, al contrario, pero me gusta la inmoralidad.
S. P.: La forma auténtica...
D. S.: Si claro, en formas laxas, los tipos se drogan, se maman, chorean, o sea a mi no me importa tanto un sindicalista que chorea, me importa mas un rico enorme que maneja el poder real y que chorea. El que roba un millón, por negro es mucho más culpable y ese es el tipo de juicio que acá existe.
S. P.: ¿Y hoy el peronismo funciona de la misma manera, si es que se puede llamar peronismo?
D. S.: Son efectos de lo que queda de aquel peronismo, muchos fueron militantes en un momento, yo los conozco y puedo entender algunos errores graves que tienen, no me parece del todo mal lo que hacen pero no hay muchas esperanzas más que se hagan las cosas mejor no creo que ninguno de estos que hablan hagan las cosas mejor en ningún sentido... en general hay una gran mediocridad, falta de heroísmo. El peronismo reclama a veces ciertos actos heroicos al estilo de lo que fue Eva Perón, ella fijó un estándar en eso de ir mucho mas allá y esos no son estos tiempos...
S. P.: Y por eso este cuadro, ¿no?
D. S.: Una Eva invertida que es misteriosa y se pone demoníaca porque es como un retrato del rodete, se nos niega como mirada...
S. P.: Pero de todos modos no siento que nos estè dando la espalda...
D. S.: Vos sentís que esta tomada desde atrás...
S. P.: Que se va a girar en algún momento, que no nos esta dando las espaldas...
DANIEL SANTORO, Ave, óleo, 60 x 60 cm (2009). |
D.S.: ¿Sabes porque es eso? Porque hay indicios, que hay una cara del otro lado pero yo le voy a negar esos indicios, voy a ser más perverso entonces, va a ser mas frustrante... (reìmos)
S. P.: Por lo que entendí y ví de tu trayectoria, solo desde un cierto momento empezás con el peronismo como tema...
D. S.: Desde hace 10 años más o menos...
S. P.: Si, desde inicios de 2000... ¿Y es un tema que se agota, hay más recursos?
D. S.: Al contrario, fui desarrollando algunas historias como El descamisado gigante , La mamá de Juanito Laguna, interactuando con Berni, hay toda una poética, una especie de invención de leyendas, de historias paralelas que surgen del núcleo peronista. Pero que ya se alejan del peronismo y van para el problema que a mi me parece más importante y que es el tema cultural de nuestra identidad.
DANIEL SANTORO, El descamisado gigante arrasa un campo de soja transgénica, óleo, 200 x 110 cm (2008). |
O sea, como es la construcción de nuestra identidad, que es lo que somos más o menos y ahí esta el juego del peronismo, está como un eje que se nos plantea como una especie de enigma, de esfinge que nos interroga algo y tenemos que responder a ese interrogante de porque no somos tan Latinoamérica, porque no somos un país latinoamericano, porque no nos parecemos a Méjico o a Brasil y si nos parecemos más a Italia, Francia y España. Y esto es real en esta zona de la ciudad, pero te salís de allí y estás en Caracas o en Bogotá, te vas a Liniers y olvídate de Europa. Entonces esa construcción identitaria es muy lábil, esta muy en construcción y el peronismo anda siempre ahí como una especie de rata juntando los pedacitos, comiendo basura y apropiándose de las cosas.
El peronismo tiene una gran capacidad de apropiación y entonces eso es lo interesante, toda la construcción identitaria latinoamericana es un juego de apropiaciones.
El barroco latinoamericano, que es el gran logro artístico, tiene su eje en Brasil, que es un gran apropiador, es una especie de digestor y el barroco ¿que es? es apropiaciones y mirada ingenua, o sea postergar el juicio erudito. La mirada ingenua es el gran logro del barroco latinoamericano, el juicio erudito produce discriminación, va hacia el minimalismo estético porque la apropiación y la mirada ingenua producen impurezas, suciedad, carga.
S. P.: Espontaneidades...
D. S.: La mirada ingenua es no juzgar, es decir: bueno, todo esto lo voy a incorporar, voy a hacer un sombrero de este tamaño (hace un gesto con los brazos creando una gran circunferencia alrededor de su cabeza) porque me gustó, por el sol, por lo que sea y ese sombrerito inglés se lo pueden meter en el culo, yo ahora tengo un sombrero así y soy mejicano y debajo de ese sombrero, cerca de ese sombrero se mejicaniza todo, como un sombrero radiactivo.
Esa maravilla que en realidad es una pelotudez porque es un sombrero obsceno, porque no tiene sentido y sin embargo es el gran logro cultural mejicano. Y eso es apropiación y mirada ingenua, capacidad de decir: y bueno, es lo mío y no me importa. Nosotros no tenemos esa capacidad. Hablo de nuestra clase dirigente, del ambiente de la cultura, es incapaz de hacer un sombrero mejicano. No se tolera porque le parece cache, le parece de mal gusto con todo ese lenguaje estúpido de los tilingos de Barrio Norte. Entonces por eso nuestra clase dirigente es incapaz de apropiarse del peronismo porque es una especie de abominación ¿que son estos negros gozando que vienen de afuera? Limpiemos todo esto! Empiezan las rubias...
Este es nuestro gran quilombo, de nuestra grande clase media, produce un gran desastre, culturalmente, es la nada. Y a pesar de eso está el tango, bueno, hay gran producción muy importante pero el núcleo cultural nuestro siempre es desabrido, siempre está ahí sin presencia. Uno dice: arte latinoamericano y la Argentina no está, no aparece como paradigma.
S.P.: Contáme un poco que habláste, que pasó con Daverio...
DANIEL SANTORO, La piedad. Eva Perón devora las entrañas del Che Guevara, óleo, ø 200 cm (2008). |
D.S.: Sabés que hicimos una muestra de arte latinoamericano en Spazio Oberdan, en Milán. Se llamaba “Las fatigas del querer” y me pidiò el cuadro de Evita comiéndose las entrañas del Che, èse tondo. Y también llevó otros cuadros, con los cuchillos, porque él tiene la tesis que en realidad Fontana (Lucio Fontana) volvió a Italia con el cuchillo carnicero de Rosario, lo exportó y allá les tajeó la tela. Como gesto de barbarie latinoamericana. Una idea muy piola porque ése que es un gesto de vanguardia, en realidad sería como una especie de gesto bárbaro.
S.P.: Claro, como tu cuadro del rapto de la mujer blanca por parte del malón con el tajo, el famoso cuadro "La vuelta del malón"... y lo que me atrajo fue lo estático de los indios que frenaron...
D.S.: frenaron contra un concepto espacial, o sea contra la idea de la modernidad, en realidad es la modernidad lo que les corta el paso pero ellos están y quedan del otro lado. Y esa es un poco la paradoja de esta situación de nuestra cultura, en realidad es ese diálogo que no se produce. Hay una interrupción. La negación de la barbarie. Y el peronismo es como un malón en el mundo de la cultura, es siempre una amenaza. Por eso yo hice a la cautiva como Victoria Ocampo porque en realidad vienen a llevarnos nuestro tesoro que sería una casita diseñada por Le Corbusier. Toda una pelotudez que por ejemplo para los brasileros no quiere decir nada. Ellos tienen a Oscar Niemeyer que es un tipo que supo meter la mano en la selva y de allí sacó un lenguaje. Y nosotros de ello somos incapaces, incapaces de tener un lenguaje propio, una voz.
Daniel Santoro en su estudio con "La Flagelaciòn" a la derecha. |
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